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miércoles, 29 de noviembre de 2023

Anexo: El Motín de Esquilache. Relaciones Iglesia-Estado

 

 

 Os pongo un apunte sobre este contenido enmarcado en las relaciones Iglesia -Estado. Más abajo os dejo unos apuntes sobre ese apartado que os pueden servir también  si aún no los habeis hecho.



Motín de Esquilache

Carlos III en el inicio de su reinado y apoyado en una serie de ministros italianos, había puesto en práctica un programa de rápidas reformas que pretendían modernizar el país y fomentar la liberalización del comercio. Algunas de ellas incluían la supresión de la llamada tasa del precio del trigo que fijaba unos precios máximos y que acabará provocando una subida de los precios por las malas cosechas y la importación de trigo siciliano. En el marco de protestas generales, la intención del Ministro Esquilache de implantar una Ley que prohibía las vestimentas tradicionales (sombreros y capas de ala ancha, que en ocasiones favorecían la delincuencia) deriva en un motín de la población en contra del Ministro. Carlos III accede a las peticiones de los amotinados, destituye a Esquilache y vuelve a fijar la tasa del trigo. Sin embargo, los jesuitas serán acusados de haber instigado las protestas populares, por lo que se les expulsa en 1767, confiscando sus bienes. Era un momento en que en el contexto europeo también estaban siendo expulsados de otros países, debido a los odios y enemistades que habían generado por su ideario y su concepción de la autoridad y el Estado que chocaba con la monarquía del despotismo ilustrado.


APUNTES

Las relaciones Iglesia-Estado

 Otra de las facetas de la política absolutista de los borbones fue el control de la Iglesia, que se había iniciado desde los Reyes Católicos. Esta práctica llamada regalismo, consistía en que los monarcas intervenían en algunos aspectos de la Iglesia.

La política regalista se inicia ya con Felipe V que reclamó el derecho a nombrar los cargos eclesiásticos y a recaudar las rentas de las sedes obispales vacantes. La firma del Concordato con la Iglesia en 1737 consiguió que aceptara algunas de sus pretensiones económicas. Con los sucesores de Felipe V se continúa con la política regalista. Durante su reinado Carlos III limitará y controlará los poderes de la Inquisición,  combatiendo ferozmente el intento de la Iglesia de constituir un poder dentro del Estado. En ese contexto hay que entender la expulsión de los jesuitas en 1767, una orden de enorme poder y probablemente instigadora del motín de Esquilache.  Seis años después el monarca español consiguió que el papa Clemente XIV suprimiera la orden de los jesuitas. Fue restablecida en 1814, pero los jesuitas serían expulsados de España dos veces más, en 1835, durante la Regencia de María Cristina de Borbón, y en 1932, bajo la Segunda República Española.

El llamado motín de Esquilache de 1766 se inició en Madrid y el desencadenante fue un decreto impulsado por el secretario de Hacienda, el «extranjero» marqués de Esquilache, que pretendía reducir la criminalidad y que formaba parte de un conjunto de actuaciones de renovación urbana de la capital —limpieza de calles, alumbrado público nocturno, alcantarillado—. En concreto, la norma objeto de la protesta exigía el abandono de las capas largas y los sombreros de grandes alas, ya que estas prendas ocultaban rostros, armas y productos de contrabando. El trasfondo del motín era una crisis de subsistencias a consecuencia de un alza muy pronunciada del precio del pan, motivada no solo por una serie de malas cosechas sino por la aplicación de un decreto de 1765 que liberalizaba el mercado de grano y eliminaba los precios máximos


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